Por Carlos Rivera.
Sobre la noticia del joven Luis Álvarez, publicada por El Espectador el pasado 8 de agosto, joven al que le fue amputado un brazo por su orientación sexual es preciso reflexionar un poco sobre sobre la escala de valores que en la que nos movemos.
Los credos, se ufanan de ser los responsables de la moral que hoy nos rige. En cuanto debate participan afirma que, sin estos credos la humanidad nunca hubiese tenido los parámetros morales que le permitieran estructurar una cultura razonablemente exitosa.
Hoy por hoy, nos cuesta mucho entender cómo es posible que si en el país existe toda suerte de decretos y sentencias judiciales sobre el tema de la igualdad de los seres humanos en cuanto a su género, identidad de género y orientación sexual aún se mantenga el prejuicio vivo.
El principio religioso de que hay un bien absoluto al que llaman Dios y un mal absoluto al que llaman el Demonio es una dicotomía que no es cierta, pero el adoctrinamiento permanente a que somos sometidos todos, las 24 horas al día, hace muy difícil que entremos en razón y ha llevado a la comunidad a un temor permanente.
Ejercer los derechos de la comunidad LGBTI que son los mismos derechos de todos, es legal (eso dice la ley), pero es indeseable (eso afirman las religiones). Por eso encontramos que agredir a un homosexual de manera tan violenta como la amputación de una parte del cuerpo no es tan grave, o que asesinar a una persona transgénero es un favor que se le hace al entorno. Dicen los pastores que Dios creó al hombre y a la mujer y que lo que esté en la mitad no puede ser considerado correcto a los ojos del Señor.
Entonces nos parece que hay crímenes ilegales pero éticos. Este es el principio en que se mueven los católicos y los cristianos, por eso se opusieron de manera tan radical a que la Corte Constitucional apoyara el matrimonio homosexual y la adopción por parejas del mismo sexo. Todavía recordamos a los obispos decir, en los púlpitos y en público, que si en el país se aprobaba el matrimonio homosexual la familia se acabaría, y que la aprobación de la adopción era como poner un merengue en la puerta de una escuela (el que las hace se las imagina). La estrategia era llenar de miedo a las personas mediante frases aterradoras. Para la época del matrimonio gay en Colombia ya hacía 10 años que España lo había a probado y su familia no había colapsado, y eso los sabían de sobra los pastores y los obispos.
La política pública que estableció e Distrito en el ACUERDO 371 DE 2009, es un muy buen esfuerzo de la sociedad civil bogotana para proteger el derecho de todos. De allí surgieron piezas publicitarias como estas:
Se fijaron placas similares en el Parque Lourdes y en el de La Independencia, la Alcaldía se unió plenamente a la Marcha del Orgullo Gay. Destaco el ARTÍCULO 7. Proceso estratégico "Comunicación y educación para el cambio cultural". Se entiende este proceso como la transformación de significados y representaciones culturales que afectan el ejercicio de derechos de las personas de los sectores LGBT y el desarrollo de una cultura ciudadana en perspectiva de derechos. Este proceso desarrolla el derecho a la cultura y la comunicación.
La política pública nacional para las comunidades LGBTI - DECRETO 762 DE 2018 que fue sancionada en gobierno del presidente Santos está engavetada el Ministerio del Interior porque, en general, implica la elaboración de un plan educativo que va en contra de los credos religiosos.
La cartilla del Ministerio de Educación titulada ¨Ambientes escolares Libres de Discriminación¨ que contó con el acompañamiento de la Naciones Unidas, Unicef y el Pnud, que fue saboteada por los movimientos religiosos encabezados por Ángela Hernández y la Senadora María del Rosario Guerra perteneciente a una de la familias más prominentes de Sucre (el joven Luis es de Sucre), ¡qué coincidencia! Pero cómo hubiesen servido para que en esa población y la de muchas otras regiones del país los jóvenes aprendan, se eduquen en que, contrario a los que enseñan las religiones, no hay nada de raro en las expresiones sexuales diversas, que las identidades de género no siempre corresponden a la expresión genital de las personas y que, por lo tanto, no hay en este sentido, ninguna razón para discriminar y mucho menos para atacar.
El ¨bullying¨ se asienta en la ignorancia¨.
Escrito por Carlos Rivera. Soy publicista de la Universidad Central en Bogotá, gerente de CHR Divulgar, empresa dedicada al monitoreo de medios de comunicación y estudios de imagen corporativa, mi empresa acaba de cumplir 30 años de establecida en Colombia. Soy activista de la comunidad LGBTI desde el día que el honorable Senador Gerlein nos insultara por nuestra condición sexual. Toda mi vida he sido ateo y mi meta, en los últimos años de mi vida es convencer a nuestra comunidad LGBTI que es el relato religioso el último obstáculo que la cultura ha edificado para considerarnos iguales.
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